Evolución del canal de comunicación impreso
Entre 1900 y 1950, la prensa escrita fue el canal de comunicación predominante no digital. Los periódicos y revistas se producían mediante sistemas de impresión tipográfica que con el tiempo fueron avanzando hacia técnicas más avanzadas como la rotativa, que permitió una mayor tirada y distribución. Estos ejemplares se distribuyeron físicamente en quioscos o a través de suscripciones, los cuales llegaban a las ciudades y aunque de forma limitada a las zonas rurales.
Al no existir medios digitales ni electrónicos asociados a la prensa, los formatos impresos fueron la principal fuente de información, entretenimiento y análisis en España. Su importancia se basaba en la capacidad de proporcionar detalles sobre una amplia variedad de temas y alcanzar un público extenso teniendo en cuenta las grandes limitaciones de la época, como el transporte y la alfabetización.
Su función principal era mantener informada a la población de los acontecimientos, tanto nacionales como internacionales. Aunque de todos modos, la prensa escrita cumplía múltiples funciones con lo que su utilidad iba mucho más allá de una función informativa.
Los periódicos abordaban una gran diversidad de temas, desde noticias sobre política hasta eventos culturales, sociales y deportivos. Las revistas, por otro lado, se centraban en tratar cuestiones de interés general de manera más profunda y específica.
Ejemplares de periódicos de principios del siglo XX.
Además de informar, la prensa escrita cumplía un propósito educativo. Muchos de esos ejemplares incluían secciones dedicadas a temas científicos, sociales y literarios, lo que contribuía de forma muy positiva en la formación cultural de los lectores. También ofrecía espacios de ocio y entretenimiento, con contenidos como novelas por entregas, secciones de humor e incluso consejos prácticos. A nivel comercial, los periódicos y las revistas incorporaban publicidad que empezó a convertirse en una herramienta clave para las empresas.
Los avances en la imprenta y la creciente red ferroviaria en España, permitieron que estos medios llegaran a un público más amplio de manera eficiente. Sin embargo, su contenido y su alcance estuvieron condicionados por el contexto político y social. Durante la Segunda República y la Guerra Civil, la prensa se convirtió en una estrategia esencial de propaganda para distintos sectores ideológicos. ABC y El Debate representaron posturas conservadoras mientras que El Socialista defendía tendencias progresivas.
La prensa escrita tenía distintos usos desde 1950 hasta 1975 aunque todos estaban marcados por el contexto social y político del momento. La prensa escrita estaba clasificada según el uso que se le daba, podía ser información oficial o propaganda e incluso incrementar temas relacionados con la cultura, la educación, el entretenimiento y además de esto, espacios de resistencia.
Cuando hablo de información oficial, me refiero a que en los periódicos era donde se veía reflejada la narrativa del régimen. Se publicaban noticias, que eran seleccionadas por este mismo y discursos que no hacían ni más ni menos que exaltar las políticas del gobierno y la figura de Franco. Respecto a la propaganda, lo que se trataba de valores tradicionales además del catolicismo y el nacionalismo, eran promovidos de manera amplia. Por si fuera menos, la prensa incluía secciones donde podías encontrar desde literatura hasta ciencia e incluso arte. De esta forma contribuyan a la difusión de la cultura. Centrándome en el entretenimiento, lo que atrajo una audiencia más amplia, fueron las revistas y los suplementos. Estos ofrecían historias por entregas, caricaturas y crucigramas para que la población o bien estuviera entretenida o a la espera de la siguiente parte de una de las historias por entregas. De forma paralela, la prensa clandestina además de algunas de las publicaciones progresivas. Eran las que promovieron la reflexión política y social al difundir sus ideas críticas al régimen.
Según el tipo de publicación, los que consumían de la prensa escrita, eran unos usuarios u otros. De manera general puedo decir que los periódicos oficiales y generalistas, principalmente los leían personas que formaban parte de las clases medias y las altas en áreas urbanas. Ocurría porque eran las clases que tenían acceso a la alfabetización y al poder adquisitivo para poder adquirir las publicaciones. Algunos ejemplos destacados son La Vanguardia Española junto con ABC. Desde otro enfoque, las revistas especializadas, estaban dirigidas a un público en específico. Concretamente intelectuales, artistas y técnicos. Aunque enfrentaron la censura, revistas como Cuadernos para el Diálogo y Triunfo encontraron un público formado además de crítico. Cerrando el apartado de los usuarios que consumían la prensa escrita hablaré de la prensa clandestina. Prensa que distribuyo publicaciones como por ejemplo la de Mundo Obrero. Era utilizada por los sectores opositores al régimen, miembros del Partido Comunista y movimientos sindicalistas, que fueron los que distribuyeron este tipo de publicaciones.
Pero después de tratar distintas características e informar de la prensa escrita, lo más lógico es que os preguntéis ¿para qué era de gran utilidad?¿qué objetivos concretos eran los que cumplia? La respuesta es sencilla, la prensa escrita no cumplía un solo objetivo concreto, sino varios. Los periódicos era el medio que se usaba para reforzar la estabilidad del régimen y alargar su discurso oficial. La noticias filtradas por la censura, eran las que informaban a la población sobre acontecimientos y sucesos nacionales e internacionales, pero por su puesto, dentro de los límites establecidos que estaban permitidos. Las que marcaban la ideología e influían en la perspectiva de la población, eran los editoriales y las columnas. También, aunque limitadas, las publicaciones críticas fueron el espacio que ofrecían que se debatieran temas como modernizar el país y los derechos de las personas, los derechos humanos.
La prensa escrita no termina aquí, esta misma, tenía un acceso directo y rutinario en la vida diaria de las personas. Los periódicos se seguían comprando o bien en quioscos o mediante suscripciones. Especialmente en ciudades, debido a que su disponibilidad era mucho menos en zonas rurales, ya que el acceso estaba muy limitado en ediciones populares. Los periódicos además se empleaban como un recurso agregado para la educación. De esta forma enseñaban un análisis critico y lectura pese a que se seguían respetando los márgenes que permitía el régimen. En reuniones secretas y redes de apoyo, la oposición política clandestina imprimía de manera artesanal periódicos y panfletos que eran distribuidos en estas reuniones y redes. De nuevo, los intelectuales recurrían a las publicaciones específicas para fomentar ese desarrollo en la cultura y poder debatir de distintas ideas.
Centrándonos en el contexto histórico del momento, puedo afirmar que fue un factor que explica el motivo de la situación tanto económica como social y tecnológica. Remontándonos a los años 50 y 60, estos fueron años que estuvieron marcados por un desigual crecimiento económico. La explicación a todo esto, fue que mientras las ciudades favorecidas por la modernización, que llevo a mejoras muy positivas en la alfabetización y en el consumo de prensa. Por el contrario, las zonas rurales continuaban atrasadas. Por ese motivo, su acceso a estos medios era limitado.
Haciendo referencia al entorno social, la dictadura de Franco, hizo una sociedad autoritaria, donde los medios de comunicación como lo era la prensa en aquel momento, fuera un elemento con el fin de generar propaganda y una cohesión ideológica. A pesar de ello, en el proceso en que la sociedad se fue modernizando y urbanizando se aumentó la demanda de la pluralidad informativa que se reflejaba en publicaciones críticas. Para concluir este apartado, hablaré de la tecnología. Los avances que hubo en las técnicas de impresión junto con la expansión de las infraestructuras de transporte, fueron detonantes que permitieron que la distribución de los periódicos fuera mucho más eficiente. Sin embargo, que no hubiera innovación digital limito hasta décadas posteriores el desarrollo de nuevos formatos.
Comparación de periódicos históricos y actuales: La Vanguardia (1881 vs. actual), ABC (1903 vs. actual) y The New York Times (1851 vs. actual).
Entre 1975 y el año 2000 la prensa escrita trató de adaptarse a los cambios políticos y sociales. Los diarios ofrecían un espacio para el debate plural y para la crítica, por ello, tuvieron un papel crucial.
Periódicos como (El País), se convirtieron en verdaderos referentes del periodismo profesional y de calidad, además periódicos históricos como (La Vanguardia) y (ABC) se adaptaron al nuevo contexto político y de esa forma mantuvieron su importancia. Como novedad, aparecieron revistas culturales y especializadas que trataban temas políticos y también sociales, pero el enfoque era distinto al que se acostumbró a ver hasta el momento.
Un ejemplo de una de las revistas que salió como novedad dentro de este periodo, fue (Quimera).
Quimera fue una revista literaria que se fundó en 1980. Lo que hace relevante a esta revista son varios hechos, principalmente porque fue considerada como una de las publicaciones más importantes dentro del ámbito literario, seguido de que para los amantes de la literatura fue un referente y por último por su enfoque cultural. Ya que esta revista se centraba en la literatura, pero además añadía críticas, análisis y entrevistas con algunos autores.
Portada de la revista literaria Quimera, fundada en 1980.
La audiencia de este medio debo decir que fue muy diversa, la consumían los políticos junto con los intelectuales, pero también personas totalmente comunes que la compraban con la finalidad de informarse.
El uso de la prensa hasta ese momento era para conocer las noticias del momento y poder informarse de las novedades, uso que se le seguía dando. En adición, el aumento de la alfabetización más la modernización de las imprentas provocaron que la prensa se expandiera y, por tanto, pudiera llegar muchas más personas. Sin embargo, la aparición de Internet se posicionó como su principal competencia a finales de los años 90.
El correo postal se siguió utilizando para enviar cartas y paquetes. Este medio era indispensable para la comunicación personal e incluso para la comercial. En los años 80 fue cuando se modernizó la administración postal y eso mejoro la eficiencia además de la cobertura del servicio de modo que los envíos se realizaban de forma más ágil. No obstante, hacia el final de este periodo, se empezaron a incluir servicios como el SEUR y las primeras innovaciones en la comunicación digital.
Principalmente, sus actores, es decir, las personas que hacían uso del correo postal eran los ciudadanos. Sus envíos iban más dirigidos hacia el ámbito personal, no como las empresas que aunque no fuera quien hacia más uso de este servicio, lo utilizaba para realizar envíos comerciales. Para las notificaciones oficiales quien recurría a él, era el gobierno.
Tras la dictadura, la democratización del país junto a los cambios hacia una economía más abierta, aumentaron el uso del correo postal. El aumento fue gracias a que se facilitó la comunicación con el extranjero y entre diferentes regiones.